No sé si mi amiga exagera…

Tengo una amiga que se aburre mucho en su trabajo. Dice que trabaja rodeada de gente vacía, que vende humo, que trabaja para el mal. Mi pobre amiga no ve la luz al final del túnel. Dice que hay días que cuando sale de la oficina le dan ganas de ir por la calle pegando patadas voladoras, pero no las pega porque si no la gente la mira mal.

Mi amiga ha descubierto que si se ciñe a hacer su trabajo, si se abstrae, no mira a su alrededor y no escucha las conversaciones de ascensor de sus compañeros, sufre menos. Hay veces que se levanta al baño solo para cruzar el pasillo a solas, despejar la mente y estirar las piernas. Dice mi amiga que, cuando llega al baño, no solo estira las piernas, también hace ejercicios para estirar la espalda y las cervicales. Así se mantiene a salvo. No sé si mi amiga exagera…

Hay algo que la empuja a que salga de su zona de confort, pero dice mi amiga que llamar a lo suyo “zona de confort” es un poco optimista. Mientras tanto, ha escrito un libro en sus viajes de metro con la neurona que le queda activa, que es la misma que le impide pegar las patadas voladoras. Así sobrevive; así y viendo series y películas, leyendo libros, y yendo a obras de teatro. El ocio y el entretenimiento siempre han sido buenos aliados.

Dice mi amiga que me tengo que leer el último libro que ha caído en sus manos: “La amiga estupenda”, de Elena Ferrante. No sé si es una indirecta o si de verdad le ha gustado. Y que vea el documental de Gustavo Salmerón, tan laureado el año pasado y que por supuesto yo no he visto: “Muchos hijos, un mono y un castillo”. Tanto la Lila del libro como la Julia del documental son ejemplos de situaciones duras de las que surge la vida con toda su fuerza. Haré lo que pueda. Mi amiga se queja, pero no sé de dónde saca el tiempo.

No sé si mi amiga exagera… Dice que no puede más, que un día lanza una patada al aire y se disloca la cadera. Yo le digo que aguante, que cada etapa tiene su función. Quizás la función de esta etapa sea poder contarla por capítulos. ¡Mucho ánimo para mi amiga! Ahora me siento mucho mejor.

Mayte Segura

Thinking, dreaming, writing...

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