Algo se está perdiendo…

Algo se está perdiendo… No quería escribir sobre este tema en verano precisamente, pero me dice una amiga que los becarios de su trabajo no saben quién era María Dolores Pradera. En fin, que el día que pasó «a mejor vida» y Twitter se inundó de sus canciones, fue la primera vez que oyeron su nombre. Y me diréis: bueno, es una cuestión generacional. Pero oye, ¿es que esa generación no tiene padres, ni tíos, ni abuelos? No sé si es una cuestión de actitud, de interés, de comunicación si me apuras… ¿Es que ya no se escucha música en las casas?, ¿es que solo escuchamos a través del móvil y de los cascos? Mira, yo no estoy interesada en saber quién es Maluma y lo sé, porque algún macarrilla de los que llevan los altavoces en la mano y un séquito de zombies tarareando a su alrededor me lo ha puesto en bandeja. Es lo que pasa por llevar las orejas al descubierto.

Cuando paseo por el centro me encuentro un bar de “aguas”, que se vende como un local experiencial. Precisamente la experiencia (que siempre fue un grado) es lo que me dice, nuevamente, que algo se está perdiendo… Continúo y me encuentro una “popcorn store”, en la que puedes elegir el sabor, color y envoltorio de tus palomitas de maíz. Y si me alejo un poco, veo que tomar algo en la calle Ponzano es ahora hacer “Ponzaning”. Ya avisé hace tiempo de la «neotontuna» que nos invadía: https://atemporalia.com/2015/04/la-neo-tontuna-desde-fuera-se-ve-mejor/

Y el que avisa, no es traidor. Como dirían mis amigos colombianos: «no digo más nada».

Otra cosa de la que no quería escribir es de «gente tóxica». Me parece un término muy nuevo para nombrar a la gente cansina de toda la vida. Pero es que los tóxicos dan una vuelta al concepto de cansino, ya que ellos no se consideran como tales, sino que dan lecciones de cómo ser, cómo actuar y cómo vivir mientras siembran el desasosiego a su alrededor. Son cafres, invasivos y demoledores. Y tengo alguno muy cerca. Lo que digo: algo se está perdiendo…

 No os entretengo más, la respuesta es: el norte. Se está perdiendo el norte. Ahora sí que viene mi mensaje veraniego: aprovechad el verano para recuperarlo. 

Mayte Segura

Thinking, dreaming, writing...

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