Para atrapar peces dorados…
Dice mi amigo Antonio Bravo que los temas que trato en mi blog (ocio, teatro, planes y pensamientos) le caen tan lejos respecto a su vida actual que no llega a disfrutarlos. Dicho de otro modo: que como no tiene ni un minuto para su ocio, ni se molesta en leerlo. A pesar de eso, se curró la imagen de cabecera del blog (gatita sobre cornisa madrileña) en menos que canta un gallo en cuanto se lo pedí. Para eso están los amigos 😉
Pero lo que también dice mi amigo Antonio, y desde mucho antes de no tener tiempo para el ocio, es que hemos de trascender. Su teoría de la trascendencia siempre me ha hecho mucha gracia y la he disfrutado, sobre todo en los tiempos en los que solo nos dedicábamos al ocio y pasábamos horas charlando en aquel tejado de la calle Caramuel…
Ahora que ha caído en mis manos un libro de David Lynch que se llama “Atrapa el pez dorado. Meditación, conciencia y creatividad”, me he acordado de Antonio. Y me he acordado porque habla de las ideas, del yo interior, de cómo pasamos por la vida, y de la necesidad de crear (y al fin y al cabo de trascender). Uno de los capítulos del libro dice que: “Las ideas son como peces. Si quieres pescar pececitos puedes permanecer en aguas poco profundas. Pero si quieres pescar un gran pez dorado, tienes que adentrarte en aguas más profundas”.
Será casualidad, pero hace unas cuántas noches me desvelé y se me ocurrió una pequeña poesía para el fin de curso de mi hija. Se trata de un pececito, pero quién sabe si algún día nos llevará a atrapar ese gran pez dorado. La poesía se la dedico a mi amigo, que esta vez sí que tendrá un par de minutos para leer mi blog.
Fin de curso:
Somos del Costa amigos,
qué aventura hemos vivido.
Queremos contarla en poema,
algo breve y que suena.
No somos Gloria Fuertes
pero hemos crecido con ella.
No somos Jane Goodall
pero el medioambiente vamos a cuidar.
De cine somos
y, mudo o no, lo disfrutamos.
Somos altos, somos bajos,
somos iguales, somos diferentes y nos respetamos.
Con una estupenda guía hicimos este viaje.
Amigos y familia de cerquita y con ojo.
Que continúe el camino,
que continúe y que siga.
Buen verano, buena vida,
felices amigos y risas.