¿A qué dedicamos nuestro tiempo?
Leo en el periódico que ya hay gente adicta al Whatsapp y me doy cuenta de la cantidad de tiempo que empleo cada día en la dichosa aplicación. No le quito mérito a la “cosita”, por la cantidad de asuntos que parecen resolverse a través de la misma pero, oiga, ¿ya no nos comunicamos en persona?
Asuntos banales, asuntos serios, cuentas con el casero, problemas propios y ajenos. TODO pasa por Whatsapp. Lo que más me preocupa es que he empezado a flirtear con mi pareja a través del «circulito verde», vamos que le tiro más guiños y besos en emoticono que en persona. ¡Esto de verdad me preocupa!
A este hecho se le suma que estoy inmersa en la lectura del clásico juvenil “Momo”, de Michael Ende, en el que unos seres de apariencia humanoide y vestidos de gris roban el tiempo a los hombres. Y mi preocupación solo va en aumento… ¿A qué dedicamos nuestro tiempo en el día a día? ¿Nos han vendido una “moto” que hemos comprado demasiado fácilmente? ¿O es que estamos obligados a comprar esa “moto”?
No quiero ser alarmista, ni pecar de demagoga, pero creo que debemos pensar un poco y ver qué merece la pena realmente. Esto, probablemente, nos llevará a recuperar el tiempo perdido (en el mejor de los casos y si contamos con alguien como Momo) o, en su defecto, a usar el que nos queda en las cosas que verdaderamente importan.